Es inevitable no hablar de fútbol en estos tiempos. Como un deporte donde se usan los pies, captan la atención de toda una sociedad. La pasión se desborda, se paraliza la ciudad, se apoya con orgullo los colores del equipo preferido. Todos con sus respectivos argumentos de porque son mejores, porque merecen ganar, llegan al recinto a disfrutar de un espectáculo ilusionados con un objetivo, ser campeón.
Todo es alegría, hasta que volteamos a ver nuestras carencias.
Tenemos suficiente agua potable? La educación que se imparte en el país en competitiva? La economía es estable? Son adecuadas las reformas políticas?
Con certeza, no tengo todas las respuestas, y son preguntas básicas ya que nos falta analizar las tecnologías obsoletas que tiene la industria, los raquíticos sueldos con los que cuenta la clase obrera y el escaso apoyo a las bellas artes. No incluyamos la religión y la política, ya que no llegaríamos a una conclusión concreta.
No quiero ser un aguafiestas, sólo quiero generar un poco de conciencia. A final de cuentas la decisión es personal y los límites los ponemos nosotros.
Propongo un reto para iniciar bien la semana, hacer una buena acción, aprender algo nuevo, la elección es tuya pero haz algo.